Utopías (2019)
Datos
Para orquesta sinfónica
Plantilla: 3/3/3/3, 4/3/3/1, 2 perc y 12/12/10/8/6.
Duración: 8 min aprox.
Comentario de la obra
Y esta tarde acudimos también al estreno absoluto de Utopías de Isabel Urrutia (Algorta, 1967), composición dedicada a la BOS “en la celebración de su centenario” y que cuenta con el apoyo del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco. Isabel Urrutia es una de las principales compositoras de su generación en el paisaje de la música contemporánea internacional. El estilo de escritura de sus obras se caracteriza por el desarrollo de la polifonía de timbres y de dinámicas, poniendo en valor muchas veces elementos del folklore de distintos países, con especial apego al folklore vasco. Su infatigable inquietud creativa le ha llevado en los últimos años al alumbramiento de World Timbres Mixture, una nueva “paleta sonora” para componer música que ha resultado del trabajo de investigación sobre las características tímbricas de instrumentos de tradiciones populares de todo el mundo. Un feliz hallazgo de nuevas sonoridades –llevado a cabo junto al también compositor José Luis Campana- que ofrece la posibilidad de colorear los timbres de instrumentos clásicos con los de instrumentos de tradición oral y viceversa. En lo que se refiere a Utopías, y en palabras de la compositora, “el tratamiento espacial de la música fue el punto de partida en la composición de la obra”. Esto se pone de manifiesto en el empeño de Urrutia por abarcar todas las dimensiones del espacio sonoro y por tener en consideración la altura de los sonidos, la profundidad, los planos y las texturas, las densidades y los colores – rotundos o difuminados, absolutos o entreverados-, junto a las masas cambiantes y una métrica rica y estimulante. Pero la atención al detalle no pierde de vista la organicidad del conjunto y, por ello, el discurso resulta siempre coherente: “A lo largo de toda la obra escucharemos diferentes planos sonoros, objetos sonoros y sus ecos… en un mundo de perspectivas, movimiento y luces y sombras del sonido”, señala la autora. En Utopías se da una especial relevancia a la cualidad tímbrica en todas las familias de la comunidad orquestal. Con esta intención se incluyen instrumentos menos habituales en las plantillas estándar, de manera que se aumenta el colorido y se amplía el espacio sonoro. Por ello, a los componentes habituales de la familia de las maderas, se suman el flautín, el corno inglés, el clarinete bajo y el contrafagot. Entre los metales escuchamos los trombones tenores, el trombón bajo y la tuba, junto a trompas y trompetas. La diversidad se hace mayor gracias a la riqueza tímbrica que procede de la percusión: marimba, glockenspiel y vibráfono, entre los instrumentos de placas; variedad de alturas en platillos, cencerros, tam-tam y gongs pequineses y también presencia del bombo. La cuerda completa este amplio abanico sonoro organizado en dos movimientos, el primero de los cuales se construye en base a “líneas largas que se dilatan y comprimen en el tiempo”. El segundo se fundamenta en grupos rápidos de notas que “surgen de la idea de desintegración de la línea sonora”. En cuestiones de tímbrica y dinámica, Utopías supone un exquisito trabajo de orfebrería musical en el que podemos apreciar “diálogos, ecos, preguntas y respuestas”.
Mercedes Albaina